Los Presupuestos Generales del Estado esconden la revisión catastral de 825.000 inmuebles. Una cifra por debajo de otras revisiones que se han proyectado en anteriores ejercicios. Esto significa que el principal indicador para establecer el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles), una de las principales fuentes de financiación de los ayuntamientos, aumentará y por lo tanto también crecerán los recibos municipales.
En este sentido, Cinco Días publica que el Programa 932M de las cuentas públicas recoge como es habitual cada año una previsión de revisiones catastrales pero la cifra que se incluía casi nunca superaba las 500.000 unidades.
De todos modos, las más de 800.000 revisiones catastrales podrían no completarse si se tiene en cuenta el número de ejecuciones de estas revisiones en años anteriores. De hecho, lo más normal es que no se cumplan los objetivos. En este caso, Hacienda ha lanzado un volumen elevado, pero habrá que estar atento a cuantas es capaz de realizar.
Además, hay que destacar que 2023 es un año electoral y es complicado que se produzcan muchos cambios en el primer semestre de 2023 porque estas revisiones son ejecutadas por los distintos ayuntamientos de las ciudades.
Por ejemplo, en 2019 se presupuestaron 500.000 revisiones y se llegaron a ejecutar 392.000, cuatro de cada cinco. Fue, además, el porcentaje más elevado en cinco años, con cumplimientos de apenas el 14% en 2020 (año de la pandemia) o el 37% en 2021.
“Se lleva a cabo en un régimen de corresponsabilidad con los ayuntamientos interesados, de manera que su solicitud, voluntad y disposición son determinantes y justifican los resultados finales de inmuebles afectados”, apuntan fuentes del Catastro intentando explicar la brecha entre el objetivo y el cumplimiento.
