Las opciones de inversión no se agotan en la bolsa y la renta fija. Existen otro tipo de activos que aportan rentabilidades atractivas y ayudan a diversificar el riesgo de la cartera. El sector inmobiliario es una de las inversiones alternativas más comunes y recurridas. Existen diferentes puertas de entrada, desde la compra directa de vivienda a la inversión en socimis o plataformas de crowdfunding inmobiliario.
La compra de vivienda es la principal vía de entrada al mundo del ladrillo. El destino del inmueble adquirido puede ir desde su uso como primera vivienda hasta utilizarla como fuente de ingresos adicional en forma de rentas del alquiler. Miguel Ángel García, inversor inmobiliario conocido como Amigo Inversor en su blog sobre inversión en bolsa y bienes raíces, valoró en una entrevista reciente para Finect el panorama del mercado inmobiliario en 2022.
«Si uno pudiese aplazar la compra, diría que esperase. Llevamos unos años de subidas y habrá una corrección, si no este año, el siguiente», valora García.
Es, en cambio, un buen momento para el comprador de vivienda con fines inversores. «Ahora veo un buen momento para hacer cash», sostiene García, cuya filosofía de inversión en inmuebles se remonta a 2007. Ésta sigue un proceso claro: «Siempre he colocado dinero en productos financieros, sobre todo bolsa, y he esperado a que llegue la corrección para quitarme ese producto, hacerlo líquido y meterlo en bienes inmuebles».
La compra de vivienda, tanto para uso y disfrute como para alquiler o venta años después, debe llevar aparejada unas buenas condiciones de hipoteca. «Es importante saber cuánto te va a prestar el banco, por ejemplo, con un ejercicio rápido de hipoteca preconcedida desde un simulador online. De antemano tendrás una cifra aproximada de cuánto te puede dar el banco», menciona este inversor, partidario de aportar una entrada que supere con holgura el mínimo que solicita el banco y en caso de que el particular se lo pueda permitir: «Si el banco exige el 20%, yo daría el 30%, siempre y cuando encaje con tus finanzas personales y sea una buena hipoteca con el banco».
La pregunta del millón: ¿tipo fijo o variable para la hipoteca? El autor del blog Amigo Inversor lo tiene claro, más aún con un euríbor en mínimos que ha dado lugar a tipos de interés muy bajos: «Tipo fijo para evitar complicaciones, sobre todo la persona que compra vivienda particular. En el caso del comprador de vivienda para invertir puede ser distinto. La vida es larga y en 30 años el mercado cambia mucho».
El acceso al ámbito inmobiliario no se reduce a la inversión directa con bienes raíces. Existen otras opciones, algunas de las cuales puedes consultar en el escaparate inmobiliario de Finect.
La renta variable, a través de inmobiliarias cotizadas, es una alternativa muy asentada. Supone invertir en compañías inmobiliarias que cotizan en bolsa y cuya evolución está ligada en parte a cómo evoluciona el sector inmobiliario. Esta vía se puede explorar de dos formas.
La más directa es la compra de acciones de las cotizadas del sector. Una segunda forma, más indirecta, es a través de REITs, llamadas socimi en español (Sociedad Anónima Cotizada de Inversión Inmobiliaria). Las socimi son inmobiliarias que tienen que cumplir por ley unas características concretas. Las españolas deben tener una cartera de inmuebles de naturaleza urbana y obtener sus ingresos del alquiler.
Esta modalidad de inversión tiene los riesgos habituales de la renta variable pero la ventaja de acceder al ladrillo con más liquidez que con la compra de una propiedad. La inversión en REIT o socimi también otorga a la cartera del inversor una descorrelación a largo plazo. O lo que es lo mismo, una mayor diversificación de sus inversiones.
El inversor puede comprar directamente acciones de una socimi o bien hacerlo de forma indirecta a través de fondos de inversión que apuestan por ellas. Es el caso del Janus Henderson Horizon Pan European Property Equities o el Nordea 1 – Global Real Estate Fund, dos fondos consultables en Finect. Los REITS destacan por su rentabilidad por dividendo, motivo por el que son populares entre inversores que buscan rentas.
Por último, una fórmula de inversión que se está abriendo paso cada vez con más seguidores es el crowdfunding inmobiliario. Su esencia es hacer causa común con otros inversores para comprar una propiedad o financiar una promoción inmobiliaria. Los inversores se convierten en copropietarios del inmueble y se beneficiarán de la parte proporcional que les corresponda del alquiler o venta de un inmueble.
La inversión se gestiona a través de una plataforma de crowdfunding inmobiliario encargada de localizar las oportunidades de inversión, que pone a disposición de los clientes y a cambio recibe una comisión.
Fuente: El Economista
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